Nuevo Paradigma de Marketing
Se habla mucho de transformación digital y existe un consenso generalizado sobre la necesidad de adaptación de los negocios a los nuevos paradigmas tecnológicos.
Todos estamos oyendo hablar en foros, redes y webinars de la tecnología blockchain como el internet del futuro, el internet del valor y, sin embargo, los esfuerzos por adoptar su uso en el día a día de nuestras empresas no corren parejos con el interés mediático que despierta. Hay mucho desconocimiento aun sobre lo que es y representa Blockchain.
Es frecuente la confusión con todo lo relacionado con criptomonedas y de ahí se deriva una cierta desconfianza cuando hablamos de pasar a la acción. Blockchain propone una gran variedad de utilidades en muchos sectores económicos que nada tienen que ver con las criptomonedas.
Blockchain implica que todos los actores de la cadena de producción o suministro sean quienes introduzcan en la red descentralizada la información relevante sobre su actividad, sobre los componentes, los atributos del producto, sus procesos de elaboración o fabricación, etc.. y todo ello a modo de registro indeleble ya que, una vez introducidos en la cadena de bloques, los datos se convierten en inmutables y no se pueden modificar o cambiar sin el adecuado consenso de la red.
Tanto mejor si los datos introducidos provienen de la captación mediante sensores a través del internet de las cosas (IoT) ya que se evitan transcripciones y errores de traslado.
Efectivamente esa información es la “sangre” que circula por las venas de la Blockchain, pero lo son más aun las promesas que se esconden tras los datos. De ahí que se pueda hablar ya de un cambio de paradigma:
Del marketing de promesas al marketing de prueba.
Los consumidores hemos modificado nuestros hábitos de compra en los últimos tiempos y especialmente tras meses de convivencia pandémica. Las nuevas generaciones de consumidores ya venían anunciando hace tiempo un interés mucho mayor por los atributos de calidad, proximidad, comercio justo, autenticidad, cuidado del media ambiente, welfair animal….
Ahora este interés se ha ampliado y llega a todos los consumidores convertido en una exigencia que demandar a los fabricantes y a las marcas.
Se ha consolidado la idea del comprador ético que quiere que sus actos de compra y consumo redunden en beneficio para su salud pero también para la del medio ambiente y la humanidad en general o que, al menos, no la perjudiquen.
Se trata de un comprador selectivo, cada vez más informado y con más deseos de conocer lo que compra, especialmente si hablamos de alimentación. Es un comprador activo que no se resigna a consumir sin más sino que lo hace con un anhelo de responsabilidad social. Es un comprador que exige que las promesas que le hacen los fabricantes sean reales y puedan ser probadas.
La sensación de vulnerabilidad que nos ha quedado desde el inicio de la pandemia de Covid ha acrecentado el interés por el cuidado de uno mismo y del medio ambiente y la salud. Nos ha acercado a los productores de proximidad y a las empresas con “propósito”, con valores: aquellas que nos mandan el mensaje de que ellos sí son confiables y virtuosos y que sí merecen nuestra confianza como consumidores. Y las que quieren llevar ese mensaje a su máxima expresión son las que se atreven a comunicar esos atributos de la forma más asertiva posible: el registro de datos en Blockchain y su ofrecimiento al consumidor, sin filtros, directamente, como si cada producto tuviera su propia historia y probando que se cumplen las promesas de calidad y confianza.
Lo que debe ocurrir más pronto que tarde es que la utilización de la tecnología Blockchain se convierta claramente en un elemento de diferenciación de cara al consumidor que exigirá a las marcas la prueba de su virtud, huyendo de mensajes publicitarios al uso a los que ya no otorga demasiada credibilidad.
Tampoco es suficiente que el fabricante exhiba los más variados sellos de certificación de calidad. Eso ya es antiguo y, además, es ineficiente y poco creíble. En la mayoría de las ocasiones ese tipo de certificación adolece de las consecuencias propias de tratarse de firmas contratadas a tal fin por las propias empresas a certificar lo que les resta credibilidad. Es lo que hemos tenido hasta ahora y, sin duda, han sido un paso adelante respecto a lo anterior pero es insuficiente. Ahora es un tiempo nuevo donde imperan nuevas exigencias que sólo quedan cubiertas si despojamos la certificación de cualquier filtro o dependencia.
Las empresas que optan por Blockchain certifican continuamente sus atributos, sus procesos, sus formas de hacer de forma directa y sin intermediarios y lo hacen cada día, cada hora, en cada momento, no una vez al año o en una visita rutinaria de inspección.
La utilización de la tecnología Blockchain ofrece además la posibilidad de conectar al consumidor con el producto, sin intermediarios, sin instancias intermedias. A través de la lectura de un simple código QR (al que nos hemos habituado en estos tiempos de pandemia) podemos acceder a la historia del producto que vamos a adquirir, desde el campo a la mesa, desde el mismo origen, paso a paso y con la posibilidad además de abrir una nueva ventana para opinar y establecer contacto con la marca. Ambos, en un modo de relacion no visto hasta hoy, podrán intercambiar información que sirva para la mejora y adaptación del propio producto.
Las empresas deben empezar a preguntarse si están preparadas para entrar en el exigente mundo de la adopción de la tecnología Blockchain en su estrategia de cara al consumidor. Dar el paso para presentarse ante él como empresas comprometidas con la calidad, la sostenibilidad, el medio ambiente, la reducción de emisiones, las buenas prácticas, las materias primas de calidad y obtenidas de modo justo, etc.… Involucrarse en acciones socialmente responsables que redunden positivamente en el entorno. Crear junto a sus clientes un cuerpo social dispuesto a hacer cosas, a convertirse en activistas con propósito. La fidelización que ello comporta es la más potente que cabe imaginar.
Empresas en definitiva que crean valor social y quieren que se les reconozca como tal.
Ahora es el momento. Bitfaktor apela a todo tipo de empresas que quieran dar ese paso adelante y quieran acercarse al consumidor desde una nueva posición completamente innovadora y efectiva que constituya un nuevo paradigma en la relación entre empresas y consumidores.